
Ansiedad
No hace mucho, en una reunión informal vía video-llamada con mis amigas y amigos, surgía una conversación en la que se aludía a un proceso de mal estar emocional, donde no se sabía si los síntomas podían corresponder a un estrés cronificado en el tiempo, o a un rasgo de ansiedad propio de la persona, (o a ambos en cierta medida a la vez).
De esta situación surgió la dedicación a este artículo.
Pretendo así, clarificar sus diferencias, de una manera asequible (siempre obviamente, sin llegar a causar en la inteligente persona lectora “unos momentos estresantes o ansisos”).
Así pues, podemos definir la ansiedad como un fenómeno que se da en todas las personas, y que bajo condiciones normales, mejora el rendimiento y la adaptación al medio social, laboral, o académico.
Tiene la importante función de movilizarnos frente a situaciones amenazantes o preocupantes, de forma que hagamos lo necesario para evitar el riesgo, neutralizándolo, asumiéndolo o afrontándolo adecuadamente.
Por ejemplo, nos ayuda a estudiar si estamos frente a un examen, estar alerta ante una cita o una entrevista de trabajo, huir ante un incendio, etc.
Sin embargo, cuando sobrepasa determinados límites, la ansiedad se convierte en un problema de salud, e interfiere notablemente en las actividades sociales, laborales, o intelectuales.
En estos casos no estamos ante un simple problema de «nervios», sino ante una alteración.

Más allá de los llamados trastornos por ansiedad (pánico, agorafobia, fobia social, obsesiones, ansiedad generalizada, etc), la ansiedad es además, un componente importante de otros problemas.
Estos problemas pueden ser: problemas de alimentación, problemas sexuales, problemas de relación personal, dificultades de rendimiento intelectual, molestias físicas de origen psicosomático, etc.
Las manifestaciones de la ansiedad pueden ser: físicas, psicológicas, de conducta, cognitivas, o sociales.
Por otra parte, cabe señalar, que no todas las personas tienen los mismos síntomas, ni éstos la misma intensidad en todos los casos. Cada persona, según su predisposición, se muestra más vulnerable o susceptible a unos u otros síntomas.
Estrés
El estrés por su parte, sería una evaluación cognitiva de un acontecimiento. Se referiría así, a cualquier exigencia que produzca un estado de tensión y que exigiera una adaptación.
Podría pormenorizarse como un desequilibrio entre las exigencias que el entorno exige y los recursos que una persona dispone para hacer frente a tales demandas, (entendiendo que cada persona posee unos recursos siempre limitados).

Es decir cuando los estímulos o el contexto nos someten a una presión tal, que nos vemos desbordados. Por ejemplo, estresores que harían variar sensible o notablemente nuestra actividad y nuestro bienestar podrían ser: el fallecimiento de un hijo, o del cónyuge, un divorcio, el confinamiento producido por la COVID-19 sin poder organizar temporalidades o acciones al respecto, un despido, un embarazo, una hipoteca, unas vacaciones, etc.
Diferencia entre estrés y ansiedad
Si bien los síntomas de ansiedad y estrés pueden ser muy similares, se diferenciarían en que el estrés es un proceso más amplio de adaptación al medio. La ansiedad por su parte, es una reacción emocional de alerta ante una amenaza.
Digamos que dentro del proceso de cambios que implica el estrés, la ansiedad es la reacción emocional más frecuente. Muchos estímulos o situaciones pueden provocar en el individuo la necesidad de movilizar recursos para dar respuesta a las demanda de dicho estímulo, o para volver al estado inicial de equilibrio en el que se encontraba inicialmente.
Así por ejemplo, si estamos delante de un examen, en ese momento diremos que estamos ansiosos o nerviosos. Pero si hablamos de la época de exámenes diremos más que estamos estresados.
A un nivel psicopatológico, se trataría de dos estados diferentes. Padecer un trastorno de ansiedad es padecer una enfermedad psicológica o mental que inhabilita para llevar una vida normal y satisfactoria. Y estar estresado, en la mayoría de los casos, está dentro de la normalidad aunque a partir de una situación prolongada de estrés se puede llegar a desarrollar una patología de la ansiedad.
Pedro Briones
Psicólogo del centro Sheila Llop Nutrición y Salud
Esperamos haberte podido ayudar mediante este post, a diferenciar el estrés de la ansiedad y te recordamos que tenemos en nuestro centro de Vila-real el servicio de psicología para ayudarte a sentirte mejor siempre que lo necesites.
¡Mucho ánimo a todos!